27 may 2011

Testimonios



                     ·         Joven colombiana de 20 años

“ fui  contratada como intérprete en una oficina muy elegante en Bogotá, por una señora que parecía muy responsable. Me mostraron fotos de los hoteles y de las niñas que trabajaban como interpretes. Nunca dude,  todo se veía tan serio; solo me exigían devolver el valor del pasaje aéreo en los primeros tres meses de trabajo, y el salario era de dos millones de dólares. Me hicieron examen de ingles y yo no tuve problema porque lo hablo muy bien…cuando llegue al aeropuerto, me trasladaron a una oficina muy pequeña en Tokio donde fui encerrada, inmediatamente me pintaron el pelo y fui obligada brutalmente a trabajar en prostitución, recibiendo clientes a diario. Como me negaba a trabajar me pegaron horriblemente, siempre estaba obligada. No pare de llorar y no podía dormir pensando como matar a esa señora que me había engañado…logre escaparme y aquí estoy… ayúdenme han destruido mi vida.”   

                   ·         Joven de 19 años, de Medellín.


“ … yo la llame porque me dijeron que había  una oportunidad de venir a Japón a trabajar en un almacén  de venta de computadores, como vendedora…también me dijo que yo le debía tres millones de pesos por el pasaje y por traerme, que cuando empezara a trabajar se los pagara….la primera noche me llevaron a la calle y me dijeron que tenia que trabajar ahí, llore mucho… me ayudo a escapar una amiga… me golpearon y a mi amiga la patearon…. Yo le dije que yo no quería, pero ella me volvió a pegar. Yo le dije que yo le pagaba  su plata y me devolvía, que me dijera donde le consignaba mi madre en Colombia. Ella me insulto y me dijo que yo no le debía 3.5 millones de pesos, sino yenes, que son como 80 millones de pesos…”

·         Joven caleña de 18 años




“fui contactada por una señora Amparo, en Bogotá, quien me ofreció trabajo de bailarina en Tokio y que me ganaría Y3.000.000 cada mes … yo acepte porque era mi ilusión hacerme modelo y  con ese dinero podría estudiar modelaje en Estados Unidos. En el aeropuerto me recibió un japonés y me llevo a un apartamento en Shinjuhu y me encerraron 20 días, mientras llegaba mi Manilla Nakamura, el habla español muy bien. El me llevo obligada a ejercer la prostitución en teatro. Él me encerraba, me pegaba y me decía que si no trabajaba, me mataría a mi familia en Colombia. Yo no tuve otra salida que trabajar y pagarle por espacio de cuatro años con todo lo que me ganaba. Me tocaba recibir hasta 30 clientes por día.” 

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